Capítulo 6
Ella bajó la mirada, evitando verlo, con un tono tan neutral como si simplemente hablara de no tener hambre y no desear comer. Él permaneció de pie junto al sofá, observando su cabello negro y sintiendo un torbellino de emociones en su interior.
Josefa realmente había cambiado. Antes, si él tenía un simple dolor de cabeza, ella se preocupaba más que nadie. Ahora, parecía indiferente, como si él no fuera más que un extraño.
¿Será que todavía le recriminaba por no haber cumplido con la cita al amanecer?
El descontento crecía en su pecho. Presionó sus sienes, esforzándose por no darle importancia, y decidió cambiar de tema.
-Ve a arreglarte y cambiate de ropa, más tarde hay una reunión familiar y quiero que vayas conmigo.
Al escuchar esto, ella finalmente levantó la mirada para verlo, pero en sus ojos no había la sorpresa que él esperaba, sino incredulidad.
Después de todo, llevaban tres años casados y Bernardo nunca había hecho nada por ella más allá de firmar un papel de matrimonio. No hubo boda, ni tampoco había conocido a sus suegros. Él ni siquiera la había llevado a las reuniones mensuales de la familia Borges.
El motivo lo descubrió por accidente.
Recordaba que era su primer aniversario de bodas, y al querer preguntarle si lo celebrarían juntos, escuchó por casualidad una conversación entre Bernardo y sus padres.
-Bernardo, ya llevas un año casado, ¿cuándo piensas presentarnos a tu esposa? Tenemos el regalo familiar listo para ella, y aunque la familia Chavira no sea de abolengo, si te ayuda a olvidar a Julia, valdrá la pena.
Las palabras de los padres de Bernardo llegaban amortiguadas, pero la respuesta de él fue clara y fría.
-Es un matrimonio de conveniencia, no hay necesidad de presentaciones.
Ocho palabras fueron suficientes para dejar claro cómo veía Bernardo su relación.
La voz de Lorena Borges continuó desde la habitación.
-¿Aún no olvidas a Julia? Pensé que al casarte…
-Lo intenté, pero no puedo,
La llamada terminó con un suspiro de Lorena, y Josefa cerró suavemente la puerta, marchándose en silencio.
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Capítulo 6
Desde entonces, había aceptado que nunca pisaría la casa de los Borges. Ahora, cuando había decidido que era el momento de irse, él la invitaba a conocer a su familia.
-No hace falta -respondió Josefa, negándose con suavidad.
Esta vez, Bernardo no pudo contenerse más.
-¿Qué te pasa últimamente? Rechazas todo lo que digo. ¡No eras así antes!
Con sus emociones a flor de piel, Josefa recordó cómo solía complacerlo en todo. Tras un momento de silencio, sabiendo que debía mantener las apariencias, aceptó ir con él a la casa familiar.
La mansión no estaba lejos y el carro llegó rápidamente. Al entrar, a través del cristal, Josefa vio que ya había alguien sentado en el interior.
Era Julia.
Conversaba animadamente con los padres de Bernardo. Lorena sostenía un brazalete verde jade, colocándolo con cariño en la muñeca de Julia. Al ver esta escena, Bernardo cambió de expresión y explicó en voz baja:
-Julia es amiga de la familia, por eso la invitan a las reuniones…
Mientras hablaba, miró a Josefa para ver su reacción, pero ella solo se concentraba en cambiarse los zapatos, con una expresión tranquila y una ligera sonrisa.
-No tienes que explicarme.
Bernardo se quedó sin palabras, sorprendido por su reacción. Justo entonces, Julia se
acercó.
-Bernardo, tus padres dicen que te esperan en el estudio, quieren hablar contigo.
Lo que él quería decir se quedó en el aire. Asintió y se dispuso a llevar a Josefa con él, pero Julia lo detuvo.
-Tus padres quieren verte solo.
Bernardo desapareció por el pasillo, y en cuanto estuvo fuera de vista, Julia alzó la mano frente a Josefa, mostrando el brazalete con orgullo.
-¿Sabes qué es esto? Es el regalo familiar de los Borges. Tu madre me lo ha dado diciendo que ahora que he vuelto, Bernardo está completo. ¿No es curioso? Después de tantos años, me entero de que Bernardo siempre me ha querido.
Julia miraba a Josefa, esperando ver algún rastro de dolor o tristeza en su rostro. Para su sorpresa, Josefa no mostró reacción alguna, ni siquiera miró el brazalete.
Solo escuchó en silencio hasta que Julia terminó de hablar. Luego, con una sonrisa irónica, respondió:
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Capitulo 6
-¿De verdad no lo sabes?
-¿Qué cosa? -preguntó Julia, confundida.
-Ustedes crecieron juntos, y cualquiera puede ver el amor en los ojos de Bernardo cuando te mira. ¿De verdad no lo sabías?
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