Capítulo 32
Mercedes escuchó las palabras llenas de veneno de Raúl y su expresión se volvió seria,
casi impasible.
Sin embargo, no se dejó provocar.
Antes, solía agachar la cabeza frente a la familia Cruz, todo por Brayan. Pero cuando dejas de aferrarte a ciertas cosas, tus puntos débiles desaparecen y la fuerza para pelear aparece como si nada.
¿Raúl pensaba que ella seguía siendo la misma de antes, esa que todos podían pisotear?
Soltó una risa burlona, le disparó una mirada desafiante y contraatacó sin piedad.
-Raúl, ¿cómo tienes cara para llamar a alguien inútil? Mírate, ¿en qué puedes compararte siquiera con tu hermano?
Afuera todos andan diciendo que tu hermano es el orgullo del mundo de los negocios, y tú… ni cerca le llegas. Antes no entendía por qué lo decían, pero ahora ya me queda claro que tienen razón.
Eres tan patético que hasta para querer a alguien tienes que esconderte. Por Pamela te desvives, la defiendes como un tonto, haces lo imposible por menospreciarme y encima me molestas cada vez que puedes.
¿De verdad crees que así pareces muy capaz? ¿Has visto siquiera que Pamela te preste
atención?
Cuando tuvo que elegir, no te escogió. Ahora ya está divorciada y, aun así, prefirió
meterse con un hombre casado antes que contigo. Pero tú sigues de su perrito guardián, como si fueras el salvador del mundo.
Eres un payaso, y todavía te crees muy especial.
Mientras hablaba, el desprecio en la cara de Mercedes era mucho más evidente que el que Raúl había mostrado minutos antes.
Y cada palabra era como un golpe directo al corazón de Raúl, pisoteando sus puntos más sensibles sin piedad.
Raúl jamás se habría imaginado que Mercedes, la que siempre se dejaba pisotear, se atreviera a decirle todo eso en la cara.
Por unos segundos se quedó mirándola, incapaz de creerlo, hasta que la rabia terminó por apoderarse de él.
-¿Mercedes, a quién le llamas inútil? ¿Cómo te atreves?!
Pero Mercedes ni se inmutó. Sus ojos lo miraban con lástima y repulsión cuando soltó:
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Capitulo 32
-Alguien que ni siquiera sabe pensar por sí mismo, decirte inútil es poco. Das pena, Raúl. Por eso te escondes en la sombra, mirando a Pamela de lejos, y al mismo tiempo te tragas cómo ella y tu hermano se muestran felices.
Vas a pasarte la vida entera bajo la sombra de tu propio hermano.
Raúl sintió que la cabeza le daba vueltas de pura rabia.
¿Esta mujer… de verdad era Mercedes?
Antes, no importaba cuánto la provocara o insultara, ella siempre agachaba la cabeza o, de plano, lo evitaba.
Pero ahora, ¿cómo era posible que tuviera esa lengua tan afilada?
¿Se había vuelto loca?
Y lo más extraño: ¿no que Mercedes estaba perdidamente enamorada de su hermano? ¿Cómo podía hablar así de su propia relación, como si nada?
¿O estaría tan celosa y furiosa que ya ni pensaba lo que decía?
Por más que no entendía nada, eso no le quitaba la rabia a Raúl.
Apuntó a Mercedes con el dedo y le gritó:
¿Tú qué te crees para venir a darme lecciones?
Raúl siempre había sido rebelde, crecido entre lujos y consentido por la familia. Tenía talento, y por eso en San Tomás de los Ríos, entre todos los juniors de la alta sociedad, solo Brayan lo superaba.
Normalmente, la gente casi se peleaba/por caerle bien. ¿Cuándo alguien se había atrevido a humillarlo así?
¡Mercedes estaba cruzando todos los límites!
Cegado de furia, soltó lo primero que se le vino a la mente.
-¿Y tú tienes cara para llamar a alguien patético? ¡Mírate! Te desviviste por curar a mi hermano, te casaste con él, te mataste trabajando en la empresa. ¿Y él alguna vez te ha mirado? ¿Por lo menos te ha dado una sonrisa?
Pamela es distinta. A ella, con solo una llamada, ya lo tiene corriendo a sus pies… Últimamente, hasta se queda a dormir en casa de Pamela, ¿o no lo has notado?
No se podía negar: esas palabras sí dolían. Por más que Mercedes se repitiera que ya nada le importaba, su rostro se tensó.
Raúl lo notó y una sonrisa burlona apareció en su cara.
-Mercedes, al final eres más fracasada que yo. Ni siquiera eres capaz de retener a tu propio esposo. ¡Eres una inútil! Ya verás, mi hermano pronto te va a dejar, y ahí sí quiero
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ver cómo te vas a arrastrar para pedirle que no te divorcie.
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