Capítulo 5
Cuando él se inclinó para recoger el documento del suelo, una mano más rápida se lo arrebató antes.
La mirada de Océano siguió la mano de Mercedes hasta el documento que ahora ella sostenía, entendiendo de inmediato. -¿Este es el documento que me pediste firmar la
última vez?
Mercedes se dio cuenta de que él no había leído bien lo que estaba escrito, y aunque sintió alivio, asintió con la cabeza. Océano soltó una carcajada.
-¿Por qué lo cuidas tanto? Ya te dije que es tuyo, puedo con cualquier cosa.
Ella no respondió, temiendo que él indagara más. Cambió de tema para evitar más preguntas. -¿No dijiste que me compraste un regalo? ¿Qué es?
-Ven, te lo mostraré. -Océano recordó su intención inicial al escuchar la pregunta de
Mercedes. Sacó una llave del cajón y la agitó frente a ella.
Al llegar al destino, se encontraron con una impresionante villa.
Océano guio a Mercedes por la villa mientras le explicaba la distribución. -¿No dijiste que las villas suelen ser aburridas y no se sienten como un hogar? Compré esta y la decoré completamente a tu gusto.
ΑΙ pasar por el jardín trasero, una amplia sección de orquídeas moradas capturó la atención de Mercedes. La voz suave de Océano resonó en sus oídos. -Dijiste que te gustan las orquídeas, así que pedí que trasplantaran algunas aquí.
Después de eso, continuaron hacia adelante, deteniéndose en la habitación del bebé al lado del dormitorio principal. Al abrir la puerta, la habitación estaba llena de cosas para
bebé.
Océano rodeó a Mercedes con sus brazos desde atrás, describiendo con ternura el futuro que imaginaba juntos.
-Cuando nuestro hijo nazca, vivirá aquí. Estará cerca de nosotros, pero sin interrumpir nuestra vida de pareja.
-Dime, cuando nazca nuestro hijo, ¿qué nombre le pondremos?
Sin obtener respuesta de Mercedes, Océano bajó la mirada, dándose cuenta de que ella estaba llorando. Pareció divertido al limpiar sus lágrimas, sin sospechar nada más.
-¿Por qué estás tan emocionada?
Mercedes dejó que él lé limpiara las lágrimas, sin contestar su pregunta. Solo ella sabía que no lloraba de emoción.
En ese momento, una voz femenina familiar sonó desde la puerta. -¡Océano, Mercedes,
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Capitulo 5
qué coincidencia!
Era Consuelo.
Entró con una sonrisa, dirigiendo su mirada directamente hacia Océano.
-Yo también le había echado el ojo a esta villa, pero la agencia me dijo que alguien ya la compró Resulta que fueron ustedes. Océano, acabo de regresar al país y no tengo dónde quedarme. ¿Podrían cederme esta casa?
Aunque lo formuló como una pregunta, sus ojos mostraban claramente que no aceptaría
un no por respuesta.
Como era de esperar, al escuchar a Consuelo, el rostro usualmente sereno de Océano cambió. Miró a Mercedes con una expresión algo sombría.
Si solo se tratara de una villa más, él habría accedido sin pensarlo dos veces. Incluso, si esto hubiera ocurrido antes, habría aceptado de inmediato.
Pero justo ahora, acababa de decirle a Mercedes que esa villa era un regalo para ella.
-Sé que no debería quitarle a alguien algo que le gusta, pero realmente me encanta esta villa. Además, estoy en apuros y es difícil encontrar una casa que me convenza tanto.
-Océano, por esta vez, por favor.
Después de un momento de duda, Océano finalmente tomó una decisión. Asintió y luego se volvió hacia Mercedes.
-Merce, de todas formas, el bebé aún no ha nacido. Cedamos esta villa a Consuelo. Más adelante, te conseguiré otra igual.
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