Pamela cruzó su mirada con la de Hugo. El la observaba con una media sonrisa, como si fuera un espectador ajeno, esperando verla titubear
Ella apretó los dedos alrededor del regalo que llevaba; la última chispa de esperanza en su corazón se extinguió por completo
Sin apartarse ni un centimetro, le sostuvo la mirada, justo como él quería.
buenas tardes, señora dijo Pamela, con la voz tan tranquila que por dentro dolla.
Violeta, agarrada del brazo de Hugo, sonrió aún más y se acurrucó contra é, como si fuera su mayor tesoro.
Hugo se detuvo un momento, le lanzó una mirada a Pamela, y luego hajó la cabeza para rodear a Violeta con el brazo y llevarsela a la sala principal.
—¿Y tú qué te crees, muy digna? -Perla se le acercó a Pamela con una sonrisa burlona-. Mi hermano ya no se fija en una mujer casada
-Mira, ayer el señor Leyva celebró el cumpleaños de esa tal señorita Sabin. ¿Sabes quién es? Una doctora en ingeniería aeronautica, la que todos los empresarios están buscando. ¿Tú crees que una simple ama de casa que nomas sabe cocinar y calentar la cama puede competir con eso?
-¿O sera que ya te viste a punto de que te saquen de la casa con todo y maletas, y ahora si te acuerdas de agarrarte de la familia Zaldivar?
Pamela sentia que esa maldita boda habia sido el chisme de todo el mundo. Nadie perdia oportunidad de reirse en su
Sintio un nudo en el pecho. Dejó el regalo que
tenia en la
la mano sobre la mesa
-No te preocupes, pase lo que pase en mi vida de ahora en adelante, no tendrá nada que ver con la familia Zaldivar Al final, yo soy una Vivez–contesto Pamela, con la cabeza bien en alto.
Se fue sin mirar atrá
Quedarse solo significaba seguir tragando veneno
-¿Ya se fue?-preguntó Basilio al salir del pasillo lateral, justo a tiempo para ver la silueta decidida de Pamela alejandose. Su expresión se endureció
Perla, todavia diginiendo la esceria, empezó a quejarse:
-Papa, ¿viste cómo se comporto? Ni respeto a la familia Zaldivar, ni mucho menos a ti. Ya verás, señor Leyva tarde o temprano la va a dejar
Después de estos tres años, Basilio ya habia entendido que Parmela nunca logró ganarse el corazón de Gines Salvo la primera vez, cuando por casarse con ella pudo aprovecharse de los beneficios de la familia Leyva, despues la familia Zaldivar haba tratado de apoyarse en los Leyva para varios proyectos y nunca recibieron nada Ginés nunca tuvo a su surgio en cuenta fii una vez
¿Y todo por culpa de Pamela, por no saber ganars su marido?
Ni siquiera pudo conquistar el canto de su esposo ¿De que servia entonces?
Basilio apreto la mandibula, maro con desden a Perla y solto
tho eres una ruña. La Portela
Perla entendo perfecto lo que queria decir
sara nada, yo buscare la forma de que tu te hagas notar ante el señor Leyva
Su cara se tenso un instante instintivamente miro hacia donde estaba Hugo y lo vio alimentando a Violeta con uvas, con una sonrisa descarada
Ella apretó los labios, stiendo un ardor amargo en los ojos
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Capitulo 6
Pamela rentó un departamento de dos habitaciones y sala, completamente amueblado y listo para mudarse. Firmó contrato Jor un año. Quedaba a solo dos kilómetros del hospital donde siempre trabajaba
Asi, si surgía algún problema, podria ir de inmediato.
Regresar de casa de los Zaldivar le dejó la cabeza hecha un caos, pero aun asi, Pamela no olvidó bloquear a Ginés en WhatsApp
número de teléfono aún lo conservaba, por si acaso él la llamaba para avisar del tramite en el registro civil.
Ahora solo le quedaba resistir los treinta días del periodo de espera antes del divorcio.
Jejó el celular a un lado, se metió a bañar y apenas salió, se tiró en la cama y se quedó dormida.
Al mismo tiempo.
Ginés llegó a la casa. Ni siquiera habia luces encendidas en la entrada.
Antes, sin importar la hora, Pamela siempre dejaba una lámpara encendida para que él llegara y sintiera el hogar cálido. Apenas entraba, ella se acercaba, tomaba su saco, le daba una sonrisa y le pasaba la ropa para cambiarse.
Él casi nunca regresaba, salvo esos días del mes que le tocaba “cumplir con el deber“.
Hoy, al llegar y estirar el brazo para pasarle el saco como de costumbre, solo recibió el vacío. Miró a su alrededor, frunció un poco el entrecejo.
¿Así que estaba enojada?
Subió las escaleras, abrió la puerta del cuarto principal creyendo que, a lo mucho, esa mujer estaria dormida temprano, usando la indiferencia como protesta. Pero la cama estaba vacia.
La casa entera permanecía en silencio, sin un solo rastro de luz.
Pamela no habia vuelto.
Miguel ya le habia contado lo que Pamela había dicho sobre el asunto de Dana, hasta el grado de amenazarlo con ir a juicio. Y ahora…
Ginés aflojó el nudo de la corbata y se le dibujó una sonrisa cargada de desden en los labios.
¿Ahora también aprendió a irse de la casa?
Pero no le dio importancia.
Era justo el tiempo de que ella aprendiera a estar sola y a calmarse.
Capitulo 7