-Señorita Vivez, un placer conocerla–saludo con cortesia el hombre que estaba frente a Pamela.
Sin embargo, tras el saludo, no le dirigió a Pamela ninguna pregunta profesional; simplemente, después de cumplir con la cortesía, giro la cabeza y se puso a platicar con Higinio sobre el panorama del sector y las nuevas tendencias tecnológicas. En ese gremio, la mayoría eran hombres. Era como si, de manera natural, las mujeres fueran invisibles, o al menos, no tan tomadas en cuenta.
El prejuicio siempre se adelantaba, apareciendo antes que el respeto.
Pamela ya habia anticipado ese tipo de ambiente, así que se mantuvo tranquila, sin dejar que la situación la afectara por fuera.
Escuchaba con calma mientras ellos conversaban.
En ese momento, Higinio se inclino un poco hacia ella y le susurré, como quien comparte un secreto importante:
-¿Ves a a ese señor de traje gris alla? Es un funcionario de alto nivel, de los que deciden el rumbo de las politicas. Las noticias de primera mano vienen de él. Hoy es esencial dejarle una buena impresión, Pamela.
Pamela se quedó sorprendida al saber que habla alguien de semejante rango. Y fue entonces cuando comprendió el nivel y las conexiones que ofrecia esa cena. Siguiendo a Higinio, empezó a caminar en dirección al funcionario
El hombre los vio acercarse y les sonno con familiaridad.
-Señor Hemandez, cuánto tiempo sin vemos.
Justo cuando Higinio estaba a punto de presentarle a Pamela, un alboroto en la entrada captó la atención de todos. Pamela giró la cabeza para ver qué ocurría.
Dana entró del brazo de Ginés, desbordando elegancia, saludando a los presentes con tanta gracia y soltura que parecía flotar en el ambiente.
La llegada de Ginés agitó el lugar. Los ejecutivos, que un segundo antes charlaban con aplomo, se mostraron ilusionados y casi todos se acercaron para rodear a la nueva pareja.
A Pamela, sin quererlo, se le fueron los ojos hacia ellos. No pudo evitar fijarse en la r
ropa que llevaban.
Dana lucia un vestido largo verde, en un tono muy similar al de Pamela, con el cuello adornado de brillantes diminutos de diferentes tamaños, que destellaban bajo las luces del salón.
Ginés, por su parte, llevaba un pañuelo en el saco que c combinaba exactamente con la tela del vestido de Dana.
Un despliegue casi descarado de complicidad entre ellos.
Lo que más le dolió a Pamela fue que Ginés jamás había usado el traje que iba a juego con el vestido que ella llevaba esa noche, Ni siquiera lo habla tocado en tres años
Con una mueca entre irónica y resignada, Pamela sintió que la vista se le nublaba. No sabia si reirse de si misma por haberse convertido en el chiste de su propia historia, o por haberle dado tanto valor a alguien que nunca la valoró Higinio aperias la miró de reojo. Aunque Pamela no mostraba ninguna emoción evidente, él no pudo evitar sentirse incómodo por ella
De pronto, notaron que Ginés y Dana se dirigian hacia ellos
Higinio funció el ceño, entendiendo de inmediato las intenciones de su colega.
Cuando Ginés llegó, le echó un vistazo fugaz a Pamela. Por un instante, sus ojos se posaron en el vestido que llevaba ella, y su expresión vacilo, aunque solo un momento.
Pamela percibió ese cruce de miradas.
Los tres compartian una gama de colores en su ropa, pero, lejos de incluirla en el grupo, Pamela sentia quedaba fuera de lugar, como si ella fuera la pieza que no encajaba
Dana también le lanzó una mirada rápida a Pamela, pero solo se enfocó en Higinio y el funcionario.
que su presencia
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Capitulo 32
-Señor Mateo, señor Hernández -saludo Ginés con naturalidad a los dos.
-¿Y la dama que lo acompaña, señor Leyva? -preguntó Mateo.
-Dana–respondió Ginés, sin titubear- Se especializa en investigación aeronáutica. Acaba de regresar de estudiar el doctorado en el extranjero. Es un talento indispensable para el desarrollo del sector.
La recomendó con entusiasmo, sin siquiera mirar a Pamela, y ni siquiera se molestó en saludarla.
Se comportó como si Pamela fuera una desconocida, alguien con quien no tenía relación alguna.
Deja claro, de manera sutil pero contundente, que no queria vinculación alguna con ella.
Mateo se sorprendió.
¿Tan joven y ya con
ya con ese nivel?
Dana, segura de si, sonrió
-Gracias, Mateo. Me halaga.
Mateo mostró aún más interés.
-¿Qué les parece si luego nos sentamos allá a platicar sobre sus ideas? Me gu
gustaria escucharlas.
Con Ginés recomendando a Dana, nadie se atrevió a menospreciarla.
Para Mateo, si Ginés la valoraba, debía ser por algo. Y eso bastaba para poner toda su atención en ella.
Mateo, de mejor humor, le dijo a Higinio:
-En un rato más nos vemos para conversar.
Higinio asintió y, apenas se alejó Mateo, el gesto amable se desvaneció de su cara
¿Qué pretendia Ginés con todo eso?
¿Le estaba robando el momento justo o
cuando iba a presentar a Pamela?
Tenia planeado presentarla y esa era la gran oportunidad para que Pamela volviera a brillar en el ambiente profesional, pero Ginés había llegado con Dana, robándose la atención de todos y cortandole el camino.
-Señor Hernández, usted sabe que los talentos de este nivel escasean. Mi propuesta anterior sigue en pie. No pierda la oportunidad, Dana no lo va a decepcionar -dijo Ginés, con absoluta confianza en sí mismo.
Dana le dirigió una mirada rápida y segura a Pamela antes de añadir.
-Señor Hernández, le aseguro que conmigo tendrá los mejores resultados.
Higinio no esperaba que Ginés apostara tanto por Dana.
Tampoco que lo hiciera tan abiertamente, sin preocuparse por Pamela.
De pronto, entendió lo dificil que estaba la situación para ella.
Pero las apariencias eran sagradas en ese mundo, asi que respondió con una frase tan diplomática como vacía:
-Por supuesto, señorita Sabin, con sus cualidades, lo pensare con calma.
En ese circulo, la fachada era lo más importante.
Decir palabras bonitas, aunque en el fondo no se hiciera nada.
Ginés, al parecer, captó el mensaje de Higinio, y sin prisas, le lanzó a Pamela una mirada fugaz.
Parecia decirle que ella tenía poder, que incluso Higinio obedecia sus palabras.
Pamela le devolvió la mirada, el ceño fruncido, pero Gines ya había apartado la vista, se giro con Dana y se alejo. Pronto, un grupo de gente se reunió de nuevo a su alrededor
El ambiente con ellos era animado, todo lo contrario a la indiferencia que hablan mostrado hacia Pamela.
El plan se habla venido abajo.
Con Ginés ahi, Dana se convertia en el centro de atención de toda la noche, la persona a la que agradar
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todos querían acercarse y
Capitulo 32
Por mucho que Pamela fuera capaz, nadie iba a desperdiciar la oportunidad de quedar bien con Ginés solo para conocerla a
ella.