Pamela salió del fraccionamiento, revisó la hora en su celular y vio que ya eran las dos de la tarde.
El trayecto desde ahi hasta el hospital le tomaba cerca de cuarenta minutos; si salia en ese momento, llegaría justo a tiempo.
Subió al carro y,
antes de arrancar, tomo otro medicamento.
Los efectos secundarios eran duros.
Últimamente, sentia una combinación abrumadora de mareas y debilidad que le drenaban la energía.
Definitivamente tenía que volver a consultar al doctor y replantear su tratamiento.
Espero un par de minutos, respirando hondo, y luego encendió el motor para ponerse en camino.
En cuanto Pamela se fue, Soraya bajó calculando el tiempo exacto desde el piso de arriba.
No tenia la menor intención de cruzarse con Pamela, mucho menos de saludaria.
Pamela siempre había tenido la costumbre de preguntarle todo tipo de cosas sobre su hermano: que si le gustaba tal comida, que si tenia tal costumbre. Encima, se la pasaba preocupandose porque Soraya usaba falda sin medias en invierno, y le preguntaba por sus notas. ¿Acaso creia que le podia dar clases particulares o qué?
Era demasiado molesta, por eso Soraya preferia evitarla.
Total, cuando Soraya necesitaba algo, Pamela nunca se negaba a ayudarla.
Emma, mientras tanto, estaba preparándose para llevar el almuerzo en un recipiente térmico a la casa vieja.
Soraya, con el ánimo por las nubes, tarareaba una canción mientras se acercaba diciendo:
-Damelo, yo lo llevo.
Emma no le dio muchas vueltas al asunto; igual Soraya iba a quedarse en la casa vieja, asi que le entregó el recipiente.
Pamela eligió tratarse en el hospital privado más prestigioso de Clarosol.
La calidad de los servicios médicos era superior, y además su tío Julen estaba internado en la clinica de rehabilitación de ese hospital, lo que le inspiraba confianza.
Claro, el costo era bastante elevado.
Después de tres años de matrimonio con Ginés, no había conseguido gran cosa, salvo entrar al departamento de relaciones públicas y esforzarse hasta alcanzar el puesto de gerente, con un sueldo nada despreciable.
Durante esos años, habia logrado salir adelante.
Ahora, al llegar a Tecnologia Fl, tanto Higinio como Jimena la habian tratado aún mejor, le habian dado acciones en la empresa y cada vez que un proyecto se concretaba, recibía al menos setenta u ochenta millones de pesos de reparto anual de utilidades
Asi, aunque el tratamiento no funcionara, al menos podia asegurar que su abuelita y su tio tendrían una buena cantidad de dinero para vivir tranquilos el resto de sus días.
Ese era uno de los motivos que la impulsaban a recuperar ese sueño que había sido tan importante para ella.
Por un lado, no queria quedarse con esa espina y, por otro, deseaba dejarle una vida sin preocupaciones a su abuelita y
Su médico tratante era un especialista del hospital, ya mayor, que tras revisar los últimos estudios de Pamela le sugirió repetir algunos exámenes
Pamela no sentia vergüenza de andar sola de un lado a otro con su pila de papeles de laboratorio. Ya estaba acostumbrada a no depender de nadie, cada decepción solo la habia vuelto más fuerte,
Los resultados fueron claros: sequian igual de preocupantes
El especialista funció el entrecejo y tras un largo salencio, le habló con seriedad:
Capitulo 24
Con tu situación actual, el efecto de los medicamentos es minimo, señorita Vivez. Es momento de considerar quimioterapia y cirugia.
Pamela se quedó callada
El médico insistió
-¿Dónde están tus familiares? ¿Tu esposo, tus padres? Tal vez deberían hablarlo juntos.
Pamela hajó la mirada y negó suavemente con la cabeza,
-No hace falta, yo puedo tomar la decisión sola
¿Esposo?
Ya no tenia uno
¿Padres?
Esa
la no tener nada
o era igual a
-Si opto por quimioterapia o cirugía, ¿cuáles son las probabilidades de éxito? ¿Cuánto tiempo tomaria recuperarme?
El especialista respondió con franqueza:
-La quimioterapia tiene efectos secundarios fuertes; afecta todo el cuerpo y puede impactar tu vida diaria. En cuanto a la cirugia…
-Actualmente, con tu diagnóstico, la tasa de éxito en cirugía oncológica es de alrededor del cuarenta por ciento. -El tiempo de recuperación es variable.
Los labios de Pamela palidecieron, y en su cara, normalmente serena, apareció una expresión de confusión y temor Eso era lo que más le preocupaba.
¿Y si tomaba ese riesgo y no funcionaba?
Si después de la cirugia o la quimioterapia su salud empeoraba, no podría seguir trabajando; entonces, no solo perdería la vida, sino también la oportunidad de ganar el dinero que quería dejarles a sus seres queridos.
-Hay otra cuestión muy importante que debes tener en cuenta, señorita Vivez–dijo el especialista mirándola con seriedad, remarcando lo delicado de la situación: Si te operan, es posible que pierdas la capacidad de tener hijos.
Pamela se quedo callada mucho rato, fija en el reporte de los análisis, con la mente en blanco.
La verdad, siempre le habian gustado los niños.
Cuando recién se casó con Ginés y entró a la familia Leyva, Soraya tenia apenas trece o catorce años. En esa época, la niña era adorable, a veces se pegaba a ella para que la consintiera y le hablara bonito,
Eso le hacia imaginar cómo sería tener un hijo propio con Ginés
Pero después apareció Dana, y Soraya empezó a portarse rebelde y a hacerle la vida imposible.
Y ahora.
Estaba a punto de divorciarse
Alzó la mirada y con voz apenas audible, dijo
Si puedo curarme
-Estoy dispuesta a renunciar a la posibilidad de ser mamá.
Lapitulo 5