a la persona que se acercaba, la cara de Jimena se transformó en una mueca de fastidio.
Al ver a la
-¿Qué bicho te picó ahora, Romulo Estévez?
Romulo funció el ceño y le lanzó una mirada de advertencia a Jimena,
-Señorita Sabin vino con toda la buena intención soltó, señalando con la cabeza hacia la puerta- ¿De verdad creen que está bien dejarla esperando afuera? ¿Dónde quedó la educación?
Su mirada se poso en Pamela y por un segundo pareció sorprendido.
Pamela era alta, con hombros y cuello esbeltos, la postura de alguien que creció rodeada de buenos modales. Su figura destacaba entre todos. El cabello negro y rizado lo llevaba recogido detrás de las orejas, la piel clara y sin imperfecciones. El maquillaje apenas visible no consequía atenuar la fuerza de sus facciones, y esos ojos de mirada serena parecian no dejarse perturbar por nada.
Era una belleza imposible de ignorar
-¿No me digan que la invitada especial es ella? -Rómulo soltó una carcajada incrédula-. ¿Una ama de casa que solo sabe. limpiar, lavar y planchar? ¿De verdad vale la pena dejar a la señorita Sabin esperando por ella?
Rómulo conocía a Pamela. Al fin y al cabo, era la mejor amiga de su hermana Jimena. Sabia que Pamela ya estaba casada, aunque nunca se habla molestado en averiguar con quién. Lo único que recordaba era que alguna vez se interesó en ella, cautivado por su apariencia, pero pronto se dio cuenta que solo era una cara bonita, nada más.
Nada que ver con Dana.
Mujeres como Dana, tan brillantes, habia pocas en el mundo..
-¿Se te fundieron los cables o qué? ¿Desde cuando tienes derecho a opinar sobre los asuntos de Tecnologia FI? -Jimena le revird, con un tono cargado de desprecia-. De verdad, hermano, a veces pareces un completo inútil.
Apenas hacia dos días Jimena se había enterado de que a Romulo le gustaba Dana. Pero cuando Dana y Ginés se vieron envueltos en rumores, el muy tonto se fue a emborrachar y acabó con intoxicación alcohólica. ¡Patético!
Romulo le echo otra mirada a Pamela antes de replicar, con un tono cargado de segundas intenciones:
-Lo que no aguanto es verlos con esa actitud de superioridad. La señorita Sabin siempre ha mostrado respeto por U.N2, solo queria conocer al señor Hernández. ¿Acaso no es bueno que la gente talentosa se junte a platicar? Pero ustedes, perdiendo el tiempo por una ama de casa… ¿Les falta visión o qué?
-¿Y a mi qué me importa lo que piense ella? -Jimena se rio con sarcasmo-. Que se largue, y tú también. ¡De verdad, estás contaminando el ambiente!
-Jimena!-la reprendió su hermano, ya fastidiado.
Rómulo se vio obligado a dirigirse a Higinio, porque no queria que Dana siguiera esperando abajo.
-Señor Hernández, ¿por que no baja un momento a platicar?
Higinio jugaba con una pluma, tranquilo.
-Tengo curiosidad ¿Quién tiene más peso aqui, tú o Dana?
Romulo entendió al instante el mensaje de Higinio. Lo que queria decir era que ninguno de los dos tenia la autoridad suficiente
Sintiéndose molesto, le lanzó una mirada cargada de fastidio a Pamela y se marchó sin decir nada mas
Pamela no le dio importancia, aunque en el fondo tenia la sensación de que el asunto de Dana aún no habia terminado.
Aunque Romulo había tratado de suavizar la situación ante Higinio y Jimena, Dana ya habia captado el mensaje de Tecnologia Fl
Frunció los labios, pensativa
¿En qué momento habia ofendido a Tecnologia FI?
Desde que regresó al pais, habla conocido a muchas personas influyentes, y todos la trataban con respeto y admiración, ¿Tecnologia Fl solo quería ser diferente?
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Capitulo 20
De todos modos…
Decidió contactar a Ginés y contarle, en pocas palabras, lo que estaba pasando.
Ginés, sereno como siempre, respondió.
[No te preocupes, yo me encargo
Pamela pasó la mañana investigando todo lo relacionado con Tecnologia Fl, y en su cabeza ya habia empezado a trazar un plan.
Sentia una satisfacción profunda al trabajar en ese ambiente que tanto le apasionaba. Por fin, estaba haciendo algo solo para ella.
Hasta los problemas de Ginés y Hugo dejaban de rondarle por la cabeza.
A la hora del almuerzo
LS
Gines cerró la carpeta de documentos, se frotó la frente y miró su reloj. Ya casi era la una. Sentía el estómago vacío. Por costumbre, estiró la mano hacia la izquierda,
Pero no encontro nada.
Alzo la mirada
Antes, en ese mismo lugar, todos los dias a la misma hora, encontraba dos termos con comida perfectamente acomodados.
A veces, también habia una notita pegada con un mensaje y una letra bonita, recordándole que no se olvidara de comer. -Miguel–lamo.
Miguel entró de inmediato.
-Señor Leyva, ¿en qué le puedo ayudar?
Ginés se quedó un momento pensativo, mirando el espacio vacío a su izquierda.
-Tiraron el almuerzo de hoy?