Ella apretó los dedos con fuerza y, con una calma que impresionala, dijo:
-Nadie quiere que le salga un arzuelo, ojalá les quede claro a todos.
No tenia intención de dar más explicaciones, tampoco veio necesario hacerlo.
Ginés la observó con intensidad, su mirada no dejaba ver si estaba molesto o no.
-Nada más estás buscando pretextos. Si no te hubiera descubierto, seguro ni lo aceptabas -le reprochó Soraya con fastidio ¿Qué lata! Aqui estamos en una casa de huéspedes, hay gente encargada de todo, ¿para qué vienes tras de nosotros? Nadie te necesita.
Durante los últimos tres años, cada vez que era fin de semana a habla vacaciones, Soraya solia ir a casa de su hermano para escapar de las quejas de su mamá Pamela siempre la recibia y la cuidaba como si fuera una mamá más.
Soraya se habia acostumbrado tanto a ese trato, que ahora creía que Pamela solo buscaba excusas para acercarse y amargarle el rato a todos.
Ahora qué pasa?-Violeta y Hugo salieron uno tras otro, curiosos ante el alboroto.
Hugo le echo un vistazo a Pamela, que estaba completamente sola y sin apoyo, y bromed:
-Señor Leyva, ¿por qué tan tensa la cosa?
Soraya, aunque era la menor, sabia leer el ambiente. Entendia que Hugo era el hermano de Pamela, asi que solo hizo un gesto y se quedó callada.
Pamela, sin embargo, captó que Hugo le estaba tendiendo la mano para que todo quedara ahl
Dana no dijo nada, solo miró a Violeta y propuso:
-Vamos a comer algo.
Violeta tampoco tenia ganas de presenciar dramas, así que se fue con Dana.
Hugo, sonriendo con ese aire despreocupado que lo caracterizaba, fingió que no notaba la incomodidad de Pamela -Sefior Leyva, arregle lo suyo. Yo me voy con mi novia,
No le importaba en absoluto que Ginés anduviera con su amante tan descaradamente. Parecia que le daba igual y se mantenia al margen.
Soraya abrió la boca como para decir algo más, pero Ginés le lanzó una mirada tan seria que la asustó. La niña se encogió de hombros y salió corriendo.
Pamela se quedo mirando la espalda de Hugo por unos segundos.
-¿Que miras?-La voz de Ginés la hizo volver a la realidad. Levantó la vista y se encontro con esos ojos negros, tan profundos e impenetrables
Ginés no mostraba emoción alguna en su mirada.
Platicamos?-propuso con un tono seco
-No estaba espiando–respondió Parmela, tranquila.
-Aja, dame el celular–dijo, como si le creyera
Pamela funció el ceno.
-¿Y eso para que?
Ginés le quitó el celular de la mano sin pedir permiso, y con sus dedos largos abrió la cámara para entrar directo al album de
Pamela no pudo ocultar su sorpresa. Su respiración se volvió inestable
—¿De verdad crees que ando grabando cosas tuyas a escondidas?
¿De verdad la estaba insultando de esa manera?
לוד
Capitulo 17
Ginés revisó el celular y al ver que no había nada fuera de lugar, se lo devolvió
Sus ojos la atravesaron, y con un tono que no dejaba lugar a reclamos, soltó:
-Hace tres años no dudaste en llamar a los periodistas para que nos fotografiaran en la cama. ¿Hay algo que la señora Leyva no sea capaz de hacer?
Pamela entendió perfectamente. Ginés seguia sin superar lo de hace tres años.
Para el ella era una descarada que aprovechó que el estaba borracho para meterse en su cama, que ella llamó a los periodistas para ventilar el escándalo y que, sin el menor pudor, lo quiso obligar a casarse.
Por más que ella intentara explicarse, sus palabras carecían de peso.
No tenia pruebas para convencerlo.
¿Te preocupa que lo tuyo con Dana se haga aún más publico?-preguntó, sintiendo que de a poco recuperaba la calma. Ginés la miró de reojo.
-Con ella es distinto. Que se filtren esas fotos le arruinaria la reputación.
Lo que quiso decir era obvio: entre Dana y ella había una gran diferencia.
Ella habia llamado a los periodistas para un escándalo barato, mientras que él cuidaria la imagen de Dana.
Ginés ni siquiera le dio oportunidad de defenderse. Lanzó una última mirada y se fue.
Pamela esbozó una sonrisa amarga,
Al llegar a la esquina, se topó con Hugo, que estaba recargado en la pared, fumando.
No sabia cuánto había escuchado de la conversación anterior.
Hugo levantó la vista hacia ella.
Te sentiste mal? -le preguntó.
Pamela se quedo en blanco, por un momento le pareció que el Hugo de antes había regresado.
Hugo sacudid la ceniza del cigarro y, por primera vez desde que salió de la cárcel, se animó a platicar con ella.
-Me quede con la sucursal del papá de Violeta. Ahora estoy coordinando proyectos con la empresa de Ginés.
-¿Y eso qué?-Pamela, extrañamente, sentia una calma inesperada al responder.
Hugo la observó con detenimiento. Pamela ya no era la muchacha sumisa y callada de antes.
Ahora tenia carácter, era directa y decidida
Nada mas no lo hagas enojar–le advirtió con ese tono despreocupado tan suyo